Venía pasando.
Cada día aparecía alguna mancha nueva,
y repetía la misma forma que las otras.
Hasta hoy.
Hoy se transformaron en un charco que unía las gotas que nunca secaron,
y condensaron todas juntas.
Pensaba en ilusiones y
desmentía.
Y fue de pronto que lo
real apareció más fuerte,
pestañeé y resbalé.
Mi cabeza rebotó en el fondo de cemento duro,
y me tapó el agua.
Las ideas,
los pensamientos,
y hasta la membrana que me recubre se desarmaron.
Todo se diluyó en ese gran charco de manchas,
gotas
y más.
Todas me ahogaban.
Las otras las intenté para salvarme
y separarme de mí.
Quiero ruptura.
Matar mata.
¿Y me querré matar?